viernes, 14 de octubre de 2011

El zeitgeist de las maldades del ateísmo (y II)

Voy a presentar mi respuesta al comentario de natsufan sobre dos de mis frases de un comentario que le envié a uno de sus textos en Zeitgeist contrastado. Solo será una respuesta a la cuestión de los supuesto crímenes en nombre del ateísmo o basados en el ateísmo. Respecto a la regulación de comentarios en el blog de natsufan y a considerar la religión como un absoluto, podéis leer la discusión que hemos tenido natsufan y el menda en la anterior entrada.

Una vez acordado que nadie ha cometido crímenes en nombre de la religión y sí de alguna religión pasemos a la principal distinción entre, ahora sí, la religión y el ateísmo. La religión, sea la que sea, animista, monoteísta, politeísta, panteísta, etc., impone una doctrina, la cual conlleva un código de valores de comportamiento. No conozco todas las religiones del mundo, pero sí bastantes como para pensar que este patrón se repite en todas ellas. Si natsufan o alguien conoce alguna que contradiga esto, que me lo haga saber y modificaré este texto.

Por el contrario, el ateísmo no es una doctrina, ni un código de valores, ni mucho menos una organización social. Es la ausencia de creencia en la existencia de uno o varios seres sobrenaturales. Y punto. Con lo cual sigo sosteniendo que, en nombre del ateísmo, es imposible cometer ninguna atrocidad, porque no es una doctrina que dicte ningún código de comportamiento. En cambio, todas las religiones establecen reglas morales, las cuales pueden ser más o menos horribles. Desde el momento que esto es cierto, los valores morales pueden ser utilizados, con o sin manipulación, para llevar a las personas a cometer actos execrables en otros códigos morales. Porque lo que es inmoral para un hindú, puede no serlo para un cristiano. Y aquí está el primer valor que comparten todas las religiones: la exclusión. Haciendo de mi capa un sayo, al igual que con lo referido a la doctrina, afirmo que no existe religión que yo conozca que admita la existencia de otra. Podrá hacerlo más -estrellando aviones contra edificios- o menos -me invento una reunión de colegas poniéndole el adjetivo chiripitifláutico de ecuménico y quedo de supertolerante- agresivamente, pero nunca admitirá que un fiel pueda tener doble religión, como doble nacionalidad ¿Por qué? Porque lo mío es la verdad.
Recapitulando, el ateísmo no es ni una doctrina, ni un código moral, ni es excluyente de nada, ni es la verdad. No sé cómo puede llevar a cometer crímenes a alguien en su nombre más que el gusto por el color verde. Hablemos ahora, entonces, de esas supuestas grandes manchas en la historia del ateísmo.

Hitler no era ni siquiera ateo, ni tampoco intentó borrar del mapa a todos los creyentes, solo a unos determinados. Fijaté tú que eran los mismos a los que intentaba eliminar la Iglesia Católica por deicidas hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX: los judíos. No fue esa su única razón, por supuesto, pero tampoco lo fue el ateísmo.

Stalin sí era ateo, pero no es el ateísmo el que dictó su terrible programa político, sino el marxismo-leninismo y cosas de su propia cosecha. Y una cosa es la secularización anticlerical a base de exterminios y persecuciones, y otra el ateísmo. Aparte, su coherencia en este punto se vino abajo, cuando durante la Segunda Guerra Mundial se la chupó bien chupada a los ortodoxos para que la importante fracción creyente rusa se uniera al combate contra los alemanes.

De Pol Pot y Mao, no sé con seguridad si eran ateos, pero aún así, dudo mucho que las atrocidades cometidas por uno y otro fueran en nombre de ningún código moral ateo, porque no existe. El supuesto ateísmo de la materialización histórica del marxismo en los regímenes comunistas en realidad es secularización a hostias y anticlericalismo, como hubo, y te cito dos hechos más, en la retaguardia del bando republicano en la Guerra Civil Española, o en la Cristiada mexicana.

La cantaleta de los infames personajes históricos supuestamente ateos es algo común cuando uno se pone a hablar de los crímenes de las religiones, porque recordemos otra cosa: por lo menos en las religiones abrahámicas, otro punto en común es precisamente la consideración del ateo, del no creyente, como un ser inmoral y directamente condenable. El ateísmo, al no ser doctrina ni código moral unificadores, nunca podrá condenar a los creyentes de cualquier fantasía de las que existen por el hecho de serlo.

Y, respecto a la frase de Dawkins, te diré que sí es posible que la religión sea lo único que haga que personas fundamentalmente buenas cometan barbaridades, porque toda religión es una irracionalidad que se atreve a dar un código moral indiscutible. Y aquí, voy a hacer mi defensa personal, y esta ya no es como ateo, sino como convencido por el momento de la necesidad de la secularización de la sociedad -ojo, no solo del Estado-: la religión no solo es el opio del pueblo, sino que es una lacra para toda la humanidad, que automáticamente te aisla del enorme porcentaje de creyentes en religiones que no son la tuya, y que frena su legítimo derecho de progreso en su dignidad. Obviamente -o no, no sé-, no defiendo una secularización de persecución y eliminación, sino basada primero en la del Estado y, paralelamente, en la educación.

Insistan lo que insistan, el ateísmo no ha llevado a cometer ningún crimen y las religiones, sí.

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