Gracias a un comentario en el post sobre el anarquismo suicida (gracias, ovejero), me he enterado de que Nature -una de las publicaciones científicas más prestigiosas a nivel mundial- ha sacado un número especial sobre las vacunas. En él se pueden encontrar dos artículos de mucha enjundia.
El primer artículo es la editorial del número (2011. Modern heroes. Nature 473: 420). En dicha editorial se dicen muchas cosas interesantes, a saber:
"Together, AIDS, malaria and tuberculosis kill more people each year than smallpox did when the global campaign to eradicate it began in 1967".(El SIDA, la malaria y la tuberculosis juntas matan más gente en un año que lo que lo hacía la viruela cuando comenzó la campaña de vacunación mundial para erradicarla en 1967).There is no room for complacency. The global campaign to eradicate polio made stunning progress from 1988 to the end of the twentieth century, reducing worldwide incidence by 99%. But the disease continues to smoulder in Pakistan, India, Afghanistan and Nigeria, where vaccinators have struggled with turmoil and corruption, high transmission rates and suspicion about the vaccine itself (see pages 427and 446). Similarly, a long vaccination campaign against measles has reduced the global death toll from more than 2.5 million a year in 1980 to fewer than 200,000 today. But vaccination rates are still below 80% in much of Africa and India, and funds pledged to the global measles initiative have fallen."(No hay lugar para la complacencia. La campaña mundial para erradicar la polio consiguió importantes progresos desde 1988 hasta finales del siglo XX, reduciendo su incidencia en el mundo un 99%. Sin embargo, la enfermedad sigue en activo en Pakistán, India, Afganistán y Nigeria, donde las vacunaciones se las han tenido que ver con los conflictos y la corrupción, altas tasas de transmisión y las sospechas sobre la propia vacuna [...]. Así mismo, el número de muertes totales en el mundo por sarampión se redujo de 2.5 millones por año en 1980 a menos de 200000 en la actualidad, gracias a una larga campaña de vacunación. Sin embargo, las tasas de vacunación están todavía por debajo del 80% en la mayor parte de África y la India, y la financiación de iniciativas contra el sarampión se ha reducido).
El segundo artículo está firmado por la Dra. Julie Leask de la Universidad de Sidney (Leask, J. 2011. Target the fence-sitters. Nature 473: 443-445). El artículo se centra en los efectos de abandonar la vacunación por motivos de desconfianza en zonas donde aquélla ha conseguido erradicar una enfermedad o disminuir su incidencia, y analiza las causas de la pérdida de confianza de los padres en la vacunación de sus hijos ¿Pensáis que es por un nivel educativo bajo? Error: una de las citas del artículo asegura que son precisamente los padres con un elevado nivel de estudios los que se creen las estupideces de los antivacunas y deciden no vacunar a sus hijos, poniendo en riesgo sus vidas y las de los de alrededor. Al final, establece tres puntos a seguir en políticas de salud para conseguir minimizar la desconfianza irracional en las vacunas. Sin embargo, solo os dejo con la gráfica que acompaña al artículo. Las barras y el eje de la izquierda representan el porcentaje de cobertura de vacunación de la triple vírica (sarampión-paperas-rubeola); la línea y el eje de la derecha son el número de casos de sarampión en Inglaterra y Gales ¿Sabéis que ocurrió desde 1998? Preguntádselo a Andrew Wakefield:
Obtenido de Leask, J. 2011. Target the fence-sitters. Nature 473: 443-445 |
Os animo a releer el post titulado Las vacunas y el crecimiento poblacional, que escribí hace tiempo, en el cual tenéis más datos sobre incidencias de otras campañas de vacunación y muertes actuales por enfermedades infecciosas.
¡Qué asco de antivacunas, joder!
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