lunes, 30 de mayo de 2011

Traducción al idioma normal de una carta de una Asociación de Policías sobre las cargas contra #acampadabcn

Supongo que muchos ya os habréis jartao de ver las imágenes de la brutalidad policial en la acampada del movimiento 15M en Plaza Cataluña. Supongo que a muchos les habrá causado auténtico pavor e indignación la actuación de los Mossos. No os preocupéis, eso se cura saliendo más a la calle para ver que los descerebrados de las unidades antidisturbios siempre han estado para hacer eso -claro, pero cobrábamos otros-. Idles a decir a los de los astilleros o a los mineros de León o Asturias eso de hacer una resistencia pacífica.

Como siempre -repito, siempre- hay heridos en estado grave. A veces la herida te la haces en los calabozos, pero eso, claro, es una estrategia de los etarras que se extienden a cualquiera que pase por unos calabozos y denuncie malos tratos. Perdonad, se me amontonan las collejas y me lio. A lo que íbamos...

Me he encontrado con esta fabulosa -por lo de fábula- y comedida carta. No he podido resistirlo e inspirándome en la iniciativa de Alianza Editorial de traducir al lenguaje normal los clásicos os he hecho una traducción al castellano, para que nos entendamos todos:

Queremos partir de la base de que, aunque las acampadas que se están dando por todo el terrirorio están en la delgada línea que separa el derecho de reunión y hacer lo que nos salga de los cojones, a nosotros la ley nos la suda, lo que nos mola es repartir hostias y oler la sangre. Estos perroflautas piden las mismas chorradas de siempre, fruto de su falta de actividad productivida para España. Lo malo es que ahora parece que sus tonterías son vistas con buenos ojos por la gente que antes no andaba metiéndose en problemas. Pero, lo dicho, eso a nosotros nos la sigue sudando: plaza llena de escoria, estopa que te crió.

Sabéis que estamos para que nadie saque los pies del tiesto, para eso nos pagáis y nos entrenáis. Normalmente no suele haber problemas: agarramos, os pegamos un telefonazo para pedir permiso, y a repartir se ha dicho. Pero, esta vez, los políticos parece que os la habéis cogido con papel de fumar. Nos teníais que haber dejado romperles a estos sarnosos la cabeza el mismo día que acamparon en Sol, y asunto resuelto. Unas cuantas imágenes en vuestras televisiones y seguro que a mucha gente ya no le quedaban ganas de juntarse con los guarros.

¿Qué cojones nos importa ahora por qué estén protestando estos? Eso nunca ha sido razón para dejar de dar leña. Mañana se plantan otros y piden la "legalización de la marihuana" y ya nos tenéis jodidos a varios compañeros: ¿de dónde íbamos a sacar para los chutes que nos metemos?

Pero, joder, si es que son unos putos guarros okupas, que ahora no están en una okupa, ¡sino en la calle! A estos siempre los hemos echado a hostias de todos lados ¿Ahora por qué no?

Vamos a ver, cuando alguno de estos guarros no se aparta de nuestro camino siempre hemos agarrado, le hemos danto una somanta de gomazos y, si había ganas de juerga, nos lo llevábamos a los calabozos y seguíamos con el correctivo. Además, de siempre habéis sabido que mejor hacer las cosas en el calabozo que en la calle, que si no luego pasa lo que pasa. Resulta que ahora no se podía hacer. Los Mossos tuvieron que solicitar primero a estos tirados que permitiesen desalojar las putas chabolas que tenían montadas -¿para esto hace falta pedir permiso a un perroflauta?-. Desde ahí ya fue todo el desmadre; no veáis si había ganas de los compañeros de empezar a abrir cabezas. Lo podían haber hecho antes a pelotazo limpio y con cargas en toda regla, pero no, los señoritos se la seguían cogiendo con papel de fumar y seguían sin dejarnos disfrutar. Por fin, nos dan el permiso, pero ya era tarde porque estos imbéciles habían conseguido convencer a la gente de que sentarse era la mejor opción. Ya no se podía dispersar con las carreras y el miedo que infunden nuestros uniformacos y los disparos. Así que hostias al canto sin que los cabrones se movieran. Aunque, obviamente, moverlos los movimos, porque los gomazos no dejan de doler ¡Je, je!

Mientras, claro, todo lleno de putos periodistas poniéndonos mal -aunque realmente ya sabéis que eso nos la suda-. Ahora ya ni podemos ponerle las cosas claras a estos paniaguados de un buen gomazo, coño. Pero bueno, lo de las imágenes ya es problema vuestro, a ver cómo lo justificáis ahora. Nosotros solo os pedimos lo de siempre: carta blanca, somantas de hostias, algún lesionado grave y asunto arreglado.

Por último, os decimos que esto es más fácil de terminar que en otras ocasiones -no son los de los astilleros, ni los mineros, ¡que esos cabrones sí que nos plantan cara!-. Entre todos los que hay en esta estupidez ha cundido lo del pacifismo ese de los guarros: elegimos a unos cuantos jovenacos en las cargas, les damos bien pero bien, y los viejos ya a tomar por culo a casa o al geriátrico (aunque a alguno se le da con gusto).
¡A ver si hablamos claro, hombre!

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